viernes, abril 13, 2007

Paname

A los 15 anios empece a fantasear con Paris. Las clases de frances que todo el mundo usaba para dormir la siesta, ir a fumar al banio o vestir un esqueleto con bufanda y gorrito y decirle a la profesora que habia un nuevo alumno en la clase (bueno, en esa yo tambien participe, la cara de la profesora cuando se dio cuenta de que el nuevo alumno era puro hueso fue espectacular) me fascinaban, algo en ese idioma me parecia apasionante. La sonoridad del idioma sumada a la filosofia francesa, el cine frances, las fotos que habia visto de la ciudad, el mayo del 68, hicieron nacer en mi el deseo de algun dia "cuando sea grande" vivir en Paris.

A lo largo de los anios que siguieron fui acariciando y haciendo crecer ese deseo misterioso e irracional. Por que Paris, me preguntan a veces. Y no tengo una respuesta clara, no tengo familia en Francia ni origenes franceses ni nada concreto que me haya traido hasta aca. Quizas alla a lo lejos el barco que salio de Cherbourg y que trajo a mis abuelos de Polonia a Argentina. Pero creo que mas bien se trata de una fantasia que fue tomando forma y por la que tuve que pelearla duro y parejo.

Un dia la profesora de matematica (Zukierman, todavia me acuerdo su apellido) viajaba a Francia y vino el dia que teniamos frances para preguntar si alguien tenia ganas de escribirse con alguien de alla. En dos minutos escribi una mini carta con las escasas palabras que habia aprendido, hola me llamo Barbara, tengo 15 anios, vivo en Buenos Aires, espero tu respuesta, chau.

Algo asi como un mes despues me llego a casa, nunca me voy a olvidar, una postal preciosa de una chica que se llamaba Magali, que estaba estudiando espaniol en la escuela, y que tenia ganas de que nos escribieramos. Asi empezamos a intercambiar cartas, postales, fotos, primero ella en espanol y yo en frances, hasta que decidimos que cada una escribiera en su idioma natal, para poder expresarnos mejor. Ella me contaba cuales eran sus escritores y directores de cine preferidos, yo le hablaba de Buenos Aires, ella me contaba como era su escuela, yo le mandaba fotos de mi perro. Para mi cumpleanios recibi una enorme encomienda llena de paquetitos, un monton de regalos provenientes de esa tierra que tanto anioraba, tesoros que guarde preciosamente y que alimentaron aun mas mis ganas de viajar. Un dia ella se fue de viaje a la India, se llevo un grabadorcito y me fue relatando el viaje, me hizo escuchar los ruidos de la calle, los elefantes, los templos.

Esa correspondencia franco-argentina duro como ocho anios hasta que finalmente pude hacer mi primer viaje a Europa, con mi amiga Valeria y nuestras mochilas en la espalda. El viaje fue increible, me abrio totalmente la cabeza y me hizo crecer de una manera impresionante. Conocimos lugares maravillosos, recorrimos cada rincon de las ciudades que visitamos con los ojos redondos de asombro y cada cosa que veiamos nos gustaba mas que la anterior.

Pero el dia que llegue a Paris confirme que mi deseo de los 15 anios tenia toda su razon de ser. Pisar Paris ratifico todo lo que habia imaginado. Anduve por sus callecitas como quien anda por un lugar familiar, el olor de las panaderias me invitaba a quedarme, los puentes me pedian que los cruce una y otra vez.

Y finalmente en Paris conoci a mi amiga Magali, despues de ocho anios de correspondencia ininterrumpida. Nos estaba esperando en la estacion del tren, y porsupuesto que la reconoci entre los mil pasajeros que iban y venian. Era como en las fotos pero mucho mas alta y grandota, era toda sonrisa y buen humor. Y nos dimos un abrazo inconmensurable, con toda la emocion de tanta tinta y tanto papel.

A la vuelta de mi viaje nos seguimos escribiendo un tiempo mas, y despues la vida nos fue llevando por caminos diferentes. Cada tanto nos escribimos un mail, cosa que no existia cuando empezamos a escribirnos. Quizas nuestra amistad cumplio su ciclo, y pertenezca mas al pasado que al presente. Pero lo que nunca me voy a olvidar es que le debo mi conocimiento del idioma. Hoy cada vez que alguien me dice que hablo muy bien y me pregunta donde aprendi, yo les cuento la historia de Magali y las cartas.

Pero lo que indudablemente se quedo conmigo despues de ese viaje fue Paris, mas incrustada en mi que antes de haberla pisado. Y finalmente aca estoy, amaneciendo cada dia en el lugar de mis suenios.

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