martes, junio 26, 2007

Espacios

Como el primer dia de clases de aquel marzo de 1980 me senti. Lugar nuevo, caras nuevas, gente que me mira por ser "la nueva", yo tratando de registrar todo lo que me dicen, todo lo que veo, todo lo que pasa. Me presentan gente y media hora despues no se si ya me la habian presentado, me confundo las caras, estoy tensa y termino el dia agotada. Me reciben muy bien pero nadie me explica demasiado, tengo que ir descifrando las claves, abrirme camino. Me siento intimidada, incomoda, desestabilizada pero a la vez entusiasta, llena de energia, arremetedora.

Caigo justo el dia de un almuerzo de despedida de alguien que se va del lugar; todos se conocen, charlan entre ellos, hacen bromas internas, se rien, chusmean. Seguramente a nadie le importa demasiado, pero a mi me parece terrible estar ahi sentada y no tener con quien hablar. Intento conversar con los que tengo cerca, me responden muy simpaticamente pero las conversaciones duran poco. Pienso que seguramente dentro de un tiempo todas esas caras y conversaciones me van a ser familiares, pero eso no alivia mi incomodidad presente. Me refugio en la masticacion, y manduco como una condenada.

Hoy, una semana despues, el ciclo recomienza pero esta vez las caras no me son tan ajenas. Una profesional me comenta algo, la escucho atentamente, me sigue contando. Un rato despues me viene a buscar para contarme como siguio la historia. Me dice que desde el principio percibio que yo entiendo y sigo perfectamente lo que me dice, se entusiasma, encuentra puntos en comun conmigo, se tiene que ir pero le encantaria que sigamos charlando del tema otro dia.

Me dan una agenda con mi nombre escrito en una reluciente etiqueta blanca. Me hicieron lugar para poner mis carpetas en el armario. De a poco parece que empiezo a encontrar mi espacio.

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