martes, septiembre 11, 2007

To be or not to be

Dicen que uno valora realmente las cosas cuando las pierde. Puede ser, pero en ese caso no queda mas que llorar sobre la leche derramada. En cambio cuando uno esta a punto de perderlas, la revalorizacion es un tiempo presente, uno puede todavia hacer algo, accionar sobre lo que se tiene habiendo experimentado la cuasi-perdida y tomando conciencia de que eso podria efectivamente no estar mas.

Lo digo con conocimiento de causa: el sabado a la noche tuvimos un accidente de auto en el que estuvimos a punto de perder nada mas y nada menos que la vida.

Lo digo y me estremezco aun, me tiembla hasta el caracu, pero decirlo es necesario, contarlo es un modo de compartir la angustia y tramitarla.

No nos paso nada, no le paso nada grave a ninguna persona de las involucradas en el accidente (los autos quedaron hechos pomada pero eso no tiene ninguna importancia, y un cuello ortopedico por unos dias es un costo mas que infimo al lado de lo que podria haber sido). Fue una de esas desgracias con suerte, con muchisima suerte, casi diria del orden del milagro.

Milagro es un modo de nombrar esta especie de bofetada gigantesca que nos permitio aprender muchisimas lecciones (una especie de curso pitman intensisimo y acelerado), valorar tantisimo muchas otras, conocernos en una situacion extrema y saber que podemos confiar el uno en el otro, que somos dos y que estamos juntos. Y que si uno cae el otro puede levantarlo, que si uno se queda mudo el otro tiene palabras, que si uno pierde totalmente la brujula el otro puede orientarse y llevarnos a buen puerto.

Y sobre todo tomar conciencia de la delgada que es la linea entre el estar y el no estar, unos segundos, una frenada, todo puede darse vuelta en un abrir y cerrar de ojos. Se proyecta en mi cabeza una y otra vez la pelicula del momento del accidente en camara lenta: mi pie en el freno, el auto enfrente, la impotencia de no poder hacer nada mas que esperar que el movimiento se detenga, el impacto, y todo lo que vino despues, esa pesadilla nebulosienta que termino con todos sanos y salvos pero que podria haber tenido otro final.

A unos dias del anio nuevo judio, la tradicion indica que hay que tirar miguitas de pan en un curso de agua, manera simbolica de desprenderse de todo lo negativo del año pasado. Buena ocasion para un renacimiento, un dejar atras cosas feas y terribles y poder empezar un nuevo anio con plena conciencia de lo preciosa que es la vida, de cuanto hay que disfrutarla y compartirla con los seres que amamos.

Les deseo a todos ustedes que puedan, sin tener que pasar por una experiencia tan espantosa, valorar lo que tienen ahora que estan a tiempo, y actuar de modo tal que las cosas sean como ustedes las desean.

Felicidades, risas, alegria, luz, amor, todo eso y mucho mas. Salute.

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