martes, mayo 31, 2005

Serruchando

Nunca me gustó madrugar y siempre aprecié dormir mucho y bien. Pero este ultimo tiempo es increible, no sé si sera la edad, la felicidad hogareña reinante o qué, pero me cuesta horrores de verdad despegar de la cama (y ojo que no estamos hablando de madrugar, hablo de levantarse a una hora privilegiada) y cada vez que puedo me mando una siesta y eso no me quita el sueño (je) para dormir a la noche.

Es verdad que nos acostamos muy tarde, que ambos somos noctámbulos y trabajamos a la tarde-noche, a veces hasta la noche noche y por ende estamos cansados a la mañana, que están siendo épocas muy movidas a nivel emocional y blah, pero mismo cuando nos acostamos temprano me asombra lo mucho que serrucho y el placer que obtengo en dormir y remolonear.

Nada, eso.

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