lunes, julio 04, 2011

Buses parisinos

Hoy volviendo del zoologico con mi purreta, una amiga y su hijo me subi a un bus. Aca los buses tienen un sector en el medio en donde entran dos cochecitos de bebe y una silla de ruedas. Los choferes de bus odian los cochecitos de bebe, no se muy bien por que, y siempre hacen todo lo posible para evitarlos. Por ejemplo, se supone que el maximo que se aceptan son dos cochecitos desplegados, entonces cuando sube un tercero a veces apretan un boton que dispara un anuncio que recuerda esta regla, y si la madre en cuestion no se hace cargo, llegan hasta parar el motor hasta que uno de los cochecitos baje.

En fin, cuestion que subi al bus con mi amiga, tambien con cochecito, y estaba apenas acomodandome en el sector correspondiente cuando sube una tipa en silla de ruedas. Al verla empece a correrme para dejarle el lugar adjudicado (que en realidad es exactamente igual que el de los cochecitos, nada mas que hay un cartel que dice "discapacitados"), y en eso estaba cuando la tipa empezo a agitarse en su silla diciendo que le tenia que dejar el lugar, que que barbaridad, todo cicho en un tono de grito injuriante realmente espeluznante. Le conteste lo mas calma que pude que estaba en eso, que solamente tenia que esperar un segundo que me acomodara, y ahi ataco de nuevo diciendo que yo le habia pegado en la cabeza (!), que que falta de respeto, y termino espetandome : en cuestion de minutos usted podria encontrase en mi situacion. Es decir que si me descuido me puedo encontrar en silla de ruedas yo tambien y ahi te quiero ver.

A todo esto mi hija al escuchar el griterio, al ver a su madre en un estado de sacadez semejante y ante el movimiento de silla de ruedas, cochecito, va y viene, se puso a llorar. Y me saque. Entre a pegarle unos gritos desaforados, diciendole que yo estaba dejandole el lugar, que no me acusara falsamente de haberle pegado en la cabeza, y que si, claro, seguro que le bloquee con el cochecito a proposito el lugar de discapacitados, de mala que soy nomas.

Entonces, eramos pocos y pario la abuela, el chofer se paro y desde adelante empezo a gritarme que le dejara el lugar a la discapacitada, como si ya no lo hubiera hecho. Asi que empece a gritarle al chofer tambien, que tanto.

Poco mas y terminamos en la comisaria, y lo peor es que seguramente el pato lo hubiera pagado yo, porque habrase visto semejante injusticia, sacarle el lugar a una silla de ruedas y encima pegarle a una discapacitada, ya no hay respeto en esta sociedad.

Lo unico que quiero decir es que estar en silla de ruedas no es un libre pass para maltratar, gritar, acusar, amenazar y mentir. Entiendo que no debe ser una situacion facil, pero todos pasamos situaciones dificiles en mayor o menor medida, y eso no nos da derecho a agarrarnosla con el resto de la humanidad.

Vieja loca de mierda, aunque sea discapacitada.

domingo, junio 26, 2011

De vuelta

Como sera que la ultima vez que postee para modificar los colores y el formato del blog tenia que escribir todo en html, resulta que ahora se puede cambiar todo con un simple click... que lo tiro, como avanza la modernitud.


 Todo para decir que aca estoy, volvi, la misma pero diferente.

Ahi nos estamos viendo!

sábado, abril 24, 2010

Viernes ritualizados

Los viernes salgo temprano de trabajar, un buen rato antes del horario de cierre de la guarderia. Empezo como algo azaroso y fue instalandose hasta convertirse en un verdadero ritual: en ese rato post-trabajo y pre- guarderia, me voy al cine.

Siempre al mismo, a mi cine preferido, el de al lado de casa que en realidad son dos cines gemelos, uno enfrente del otro separados por un canal y unidos por un barquito que traslada gente de una orilla a la otra. Efecto agua, como decimos con mi amiga; las luces reflejadas en la superficie al salir de la pelicula, prolongando el efecto de las imagenes aun demasiado presentes en la retina. Neblina en los dias de humedad, gotitas de lluvia, o bien el sol cayendo sobre el agua. Efecto que invita a quedarse en el mundo de la ficcion, permanecer en la embriaguez, silencio aterciopelado que nos deja saborear los acordes y las voces de la pantalla.

La mayoria de las veces no puedo elegir demasiado la pelicula, voy a ver la que corresponde con el horario, y eso me permite llegar sin demasiados a prioris, no escuche hablar de lo que voy a ver, no me la recomendaron o defenestraron, no lei lo que escribieron, analizaron, disecaron. En realidad creo que en realidad la pelicula importa poco, es el hecho de ir al cine lo que cuenta. El sol afuera y la sala oscura adentro, el cuerpo que se relaja de la tension del dia en las butacas rojas, la agitacion interna ante la inminente inmersion en ese otro mundo magico.

Un momento creado por mi, para mi, puro deleite.

Mi ritual de los viernes.

miércoles, marzo 03, 2010

"Niño, deja ya de joder con la pelota... que eso no se dice, que eso no se hace, que eso no se toca..." *


Los pibes tienen esa cosa de sentir y decir las cosas de modo directo, tal cual las piensan, sin pasar por el filtro de lo que corresponde, lo que queda bien, lo que conviene. Es como si llegaran al mundo despojados de las cascaras sociales, y poco a poco las fueran adquiriendo. Claro que para vivir en sociedad y dentro de la cultura es necesario seguir ciertas reglas y leyes, pero es cierto que a veces los adultos nos pasamos de rosca y en lugar de decir lo que pensamos o escuchar lo que sentimos, andamos preocupados por hacer bien y las palabras apropiadas y no decir demasiado pero tampoco tan poco.

Los bebes son de goma, tienen una elongacion asombrosa, exploran todo lo que se les pone delante, se sientan derechisimos, trepan por todas partes, dicen claramente lo que quieren y hacen todo para conseguirlo. Se entretienen con el papel de regalo, se fascinan con una hoja que cayo del arbol, se emocionan cuando ven pasar a una paloma, les brillan los ojos cuando escuchan ladrar a un perro o cuando ven a un animal conocido en un libro de cuentos. 
Los adultos generalmente somos re duraznos, no llegamos ni a tocarnos los tobillos si ponemos la cabeza para adelante, al ratito de hacerlo nos duele la espalda, nos tira el cuello, se nos sube la sangre a la cabeza y nos ponemos colorados y molestos. Nos sentamos todos torcidos, tratamos de hacer siempre el camino mas corto y menos cansador, si queremos algo tratamos de que no se note o lo posponemos al infinito porque total es imposible. El minimo hueco de tiempo que aparece lo llenamos automaticamente con imagenes, sonidos, mensajes de texto. Actualizamos cien veces la pagina del mail, ni siquiera porque esperamos un mensaje importante sino por automatismo; vivimos con el celular en la mano o la computadora delante de los ojos, a veces porque los usamos como herramientas para producir, pero muchas veces por miedo al silencio, al vacio, a la hoja en blanco, a la mirada de los otros.

Como si a medida que crecieramos fueramos perdiendo la flexibilidad, volviendonos rigidos y tensos, encorvandonos bajo el peso de las exigencias, las responsabilidades, los objetivos a cumplir. Perdemos la capacidad de admirar y disfrutar lo mas simple, de fascinarnos con las cosas basicas que llenan el cuerpo y el espiritu. Nos olvidamos de maravillarnos.

Y todo esto es un proceso que se va operando lentamente, subrepticiamente. No nos damos cuenta y vamos dejando de jugar, de reirnos, de conmovernos. Y son los pibes los que con esa mirada fresca y brillante nos tiran una soga hacia ese mundo de juego, nos construyen un puente para reconectarnos con todo aquello que vamos perdiendo al crecer. Y si nos dejamos llevar y aceptamos dejar de lado la rigidez y volver a tirarnos al piso, revolcarnos a carcajada limpia, de golpe se nos abre una nueva dimension y eso, a veces, hace que podamos replantearnos la vida que llevamos y vivirla de otra manera.


* Serrat, porsupuesto, "Esos locos bajitos"





lunes, febrero 22, 2010

De retour

Pobre blog que abandonado que lo tengo! Pensar que en una epoca lo llenaba de palabras diariamente, y ahora ya ni me animo a ver la fecha del ultimo post. No es falta de ganas ni de cosas para decir, es solamente le tourbillon de la vie, la vida profesional mas la vida de mama que me deja poco tiempo para sentarme a escribir. Pero aca estoy de nuevo, I'm back, no se si habra todavia gente que viene por aca, pero al menos escribire para mi, que dificil es hacerse el tiempo para uno finalmente.

lunes, diciembre 14, 2009

Invierno-Verano



Ahora estamos asi, pero en 11 dias se vienen la remerita y las chancletas... Buenos Aires alla vamos!!!

martes, septiembre 29, 2009

Pensamientos de una mañana lluviosa

Todo aquel que viva lejos de su país natal entiende esa mezcla de nostalgia y pelota en el estómago cuando ve cosas como una foto de Buenos Aires lluviosa desde la ventana de un bar empañada por el humo de un café con leche con medialunas. O cuando llama por teléfono un domingo y le cuentan que están poniendo la carne en la parrilla y se escuchan las conversaciones domingueras de la familia como ruido de fondo.

Clichés trillados si los hay, postales de novela barata, pero que calan tan hondo! Sobre todo cuando uno no se fue porque lo echaron, ni forzado, ni porque la situación estaba mal, en cuyo caso el sentimiento sería mas facilmente comprensible. La ridícula paradoja reside en casos como el mío, que me fui porque toda mi vida soñé con vivir en Paris; es decir que estoy donde elegí estar, como quiero estar y con quien quiero estar.

Et pourtant, sin embargo, me duele que estén todos reunidos por atacar la morcilla y yo del otro lado del teléfono. Me entristece no poder tomar cafecitos en un bar de ventanas empañadas con una amiga que me diga "te acordás cuando teniamos 16 años y..."

Me duele no poder pasar por delante de la escuela a la que fuí cuando era chica, por la plaza en la que mi papá me enseñó a andar en los patines naranjas, el balcón en el que mis abuelos tenían sus plantas y sus canarios, caminar bajo las hojas del otoño y acordarme de cuando volvía del colegio pisando esas mismas hojas.

Me cuesta aceptar que mi mamá no pueda llevar a su nieta a la plaza una vez por semana, que la gurrumina no se pueda quedar a dormir en lo de su abu mientras nosotros vamos al cine, no poder ir a tomar el té con mi tía, almorzar con mi hermano en su pausa del mediodía, hacerle upa a mis primitos, ir a hacerle el aguante a una amiga que está triste, tirarme con mis amigas del alma a mirar una película y comer chocolate, no tener adonde ir si cierro la puerta de casa y me quedaron las llaves adentro.

Hacía poco que habia llegado a Paris, y me acuerdo que un argentino que estaba acá desde hacía muchísimo tiempo me dijo "el primer año no te vas a dar cuenta porque vas a estar ocupada instalándote, pero a partir del segundo año vas a ver que vas a vivir irremediablemente partida en dos: cuando estés aca vas a extrañar Buenos Aires, y cuando estés alla vas a extrañar Paris".

En el momento no lo entendí pero ahora esa sentencia toma todo su peso. El verdadero problema es que es un problema sin solución, no queda otra que aprender a convivir con esa dicotomía. Porque amo Paris y no dejo de fascinarme cada día con esta ciudad y mi vida acá, pero tambien me duele Buenos Aires y los afectos que quedan del otro lado del océano.