Finalmente despues de tantas vueltas me otorgaron la nacionalidad polaca. Resulta muy raro ser de una nacion cuyo suelo nunca pise y cuya lengua ignoro absolutamente. A pesar de eso, lo siento como un triunfo, el cruce de muchas lineas de sentido que toman forma de brillante pasaporte bordeaux.
Es de algun modo la herencia que me dejaron mis abuelos paternos, herencia hecha de desgarro y destruccion, de ausencias grises y lluviosas, de paraguas y adioses en el puerto de Cherbourg. Leccion de fuerza creadora, de fenix despues de las cenizas, una gran familia colorida esta vez, llena de musica y risas.
Es de algun modo la herencia que me dejo mi viejo, quien sabiendo que ese pasaporte era la llave de la ciudad en la que queria vivir, firmo el papel para la ciudadania en su ultima salida al aire libre. Su mano a traves de la ventanilla sosteniendo firme la birome (ya estaba demasiado debil para caminar) lo pinta de cuerpo entero : generoso hasta la medula, brindandose entero por los seres que queria.
Es tambien una leccion para mi, aquella que dice que uno tiene que luchar por lo que quiere. Cuando llegue a Paris no tenia nada de nada, el pasaporte europeo era una posibilidad remota e ilusoria. Tuve que arreglarmelas como pude, pasito a paso, visa de improbable estudiante, moza en un bar de madrugada, hoteles oscuros y horizontes inciertos. Papel a papel, a pulmon y jugandomela entera. Y cuando finalmente despues de 7 anos logre una situacion que me permite quedarme en donde quiero estar, ahi, recien ahi, me salio el pasaporte.
Como si hubiera tenido que demostrar que podia arreglarmelas sola, sin ningun tipo de comodidad, sin reposarme en nada ni en nadie. Demostrarme a mi misma seguramente, que si quiero puedo. Y entonces si, el pasaporte como premio al esfuerzo.
Y una suerte de compensacion tambien, ridiculamente insuficiente, pero una particula infima al fin de algo positivo despues de tanto sufrimiento que vivieron las generaciones pasadas.
Alzo mi copa para brindar por este pasaporte tan largamente anhelado en honor de mi bobe, mi zeide y toda la familia que nunca volvieron a ver del otro lado del oceano, y por mi viejo, que siempre me acompaño y me acompaña en el camino hacia lo que deseo.
Es de algun modo la herencia que me dejaron mis abuelos paternos, herencia hecha de desgarro y destruccion, de ausencias grises y lluviosas, de paraguas y adioses en el puerto de Cherbourg. Leccion de fuerza creadora, de fenix despues de las cenizas, una gran familia colorida esta vez, llena de musica y risas.
Es de algun modo la herencia que me dejo mi viejo, quien sabiendo que ese pasaporte era la llave de la ciudad en la que queria vivir, firmo el papel para la ciudadania en su ultima salida al aire libre. Su mano a traves de la ventanilla sosteniendo firme la birome (ya estaba demasiado debil para caminar) lo pinta de cuerpo entero : generoso hasta la medula, brindandose entero por los seres que queria.
Es tambien una leccion para mi, aquella que dice que uno tiene que luchar por lo que quiere. Cuando llegue a Paris no tenia nada de nada, el pasaporte europeo era una posibilidad remota e ilusoria. Tuve que arreglarmelas como pude, pasito a paso, visa de improbable estudiante, moza en un bar de madrugada, hoteles oscuros y horizontes inciertos. Papel a papel, a pulmon y jugandomela entera. Y cuando finalmente despues de 7 anos logre una situacion que me permite quedarme en donde quiero estar, ahi, recien ahi, me salio el pasaporte.
Como si hubiera tenido que demostrar que podia arreglarmelas sola, sin ningun tipo de comodidad, sin reposarme en nada ni en nadie. Demostrarme a mi misma seguramente, que si quiero puedo. Y entonces si, el pasaporte como premio al esfuerzo.
Y una suerte de compensacion tambien, ridiculamente insuficiente, pero una particula infima al fin de algo positivo despues de tanto sufrimiento que vivieron las generaciones pasadas.
Alzo mi copa para brindar por este pasaporte tan largamente anhelado en honor de mi bobe, mi zeide y toda la familia que nunca volvieron a ver del otro lado del oceano, y por mi viejo, que siempre me acompaño y me acompaña en el camino hacia lo que deseo.
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