viernes, noviembre 26, 2004

Lunas y soles

Ayer : danza gitana
Fui a un concierto de "les yeux noirs", , un grupo que hace musica gitana, yiddish, rumana, yugoeslava, mezclada con rock y chanson française, que hace saltar hasta a las paredes. Los habia conocido en Baires, cuando cerraron el festival internacional de teatro con un concierto en plena calle Corrientes que fue una verdadera fiesta popular. Me alucino lo que hacian, asi que me acerque y charle con François, el violoncelista, un personaje que se parece un poco a un duende. Ya en Paris se hizo amigo de los farfos y nos invito al concierto.
Fueron dos horas y media de bailar y vibrar al ritmo de esa musica endiablada. Yo que venia hablando del tema de las gitanas, no es de extrañar que terminara oyendo su musica. Y tambien oi palabras en yiddish que me decia mi abuela, melodias que parecian venir del pueblito donde ella nacio. Emocion, energia, ritmo. Alucinante.

Ayer mas temprano : sol

11am, empilchada, camino rumbo a una entrevista por las veredas que rodean el Arc de Triomphe, un barrio por el que no ando nunca porque es sinonomo de japoneses con camaras digitales.
Un dia de sol magnifico. Ese sol de invierno que acaricia.
La entrevista magnifica (consegui un trabajo de dos dias sensacional). Irradiaba energia. De tan contenta me compre una revista de fotografia que hace un monton me queria comprar, me sente en un bistrot en una mesa que desbordaba de sol y me comi un omelette de champignons con un vasito de vino. Glorioso.

Anteayer : luna
No se si era la luna, pero todo estaba raro. Mi prima Sophie me habia invitado a un vernissage pero me intercepto antes de llegar; huia despavorida porque parece ser que el lugar se habia llenado de gente super agresiva, mala onda, todo detestable. Nos fuimos al bar de al lado de mi casa, que no piso hace siglos, con el objetivo de relajarse y tomar un vermu tranquilas.
Recien comenzada nuestra charla, ruido, gritos desde el fondo del bistrot. Un tipo le queria pegar a alguien, estaba con dos mujeres, la joven era la novia o algo asi. Lo hicieron salir, el volvia a entrar, quiso agarrar una silla, el cocinero quiso agarrar un palo de beisbol, la mujer mas vieja decia que el tipo siempre igual, les pega a las minas con el cinturon, pero no llamen a la policia porque lo van a deportar y va a terminar en prision.
Nos ibamos a ir, pero bueno mejor nos quedamos hasta que se calme, total ya se va. El bar lleno de mujeres, ambiente de charlas entre amigas, de dia de semana apacible, y de la nada este toletole (?). El tipo que entraba y salia a los gritos, los del bar cada vez mas alterados, y nosotras que habiamos venido a buscar un poco de calma.
La novia que aparentemente no queria salir por miedo o quien sabe que, finalmente accedio y se fue con el, prometiendo a todos que ella lo iba a calmar. Quedo la vieja, refunfuñando viejos sinsabores.

Y llego la policia con dos carros y un tranvia no, pero con su tipico discurso: señora nosotros no podemos hacer nada, en todo caso la proxima vez que el le pegue nos llaman y ahi intervenimos. Pero siempre es igual, responde la señora que tenia pinta de haber conocido los cinturonazos, cuando el pega nunca hay nadie.

Una ronda para todos, clamaban las chicas de la mesa de al lado, tratando de sacarse de encima el susto. Un cliente, al parecer habitué, se lanzo a dar un discurso desde el mostrador acerca de la violencia y sus declinaciones. Discurso facho a mas no poder. El teorico de la violencia, lo apodamos con mi prima.

Intentamos retomar nuestra conversacion, que a esa altura estaba totalmente impregnada de la mala onda general, por lo cual fue una conversacion angustiosa, nerviosa, sombria.

Yo estaba de espaldas al mostrador, asi que para mi todo lo que siguio fueron sonidos; la puerta del bar que se abre, unos tacos presurosos, un chasquido, la puerta que se cierra. Lo que vi, y bien claro, fueron los ojos como platos de mi prima que estaba de frente y presencio la escena. Lo que para mi habia sido una secuencia sonora, habia sido en realidad una mujer que entro rapida como un rayo, le encajo una flor de cachetada al teorico de la violencia, y se fue rauda como llego.

El bar enmudecio. El teorico enrojecio y ofuscado por las miradas clavadas en su mejilla dijo bueno, que miran, ya esta, ya paso. El dueño del bar le puso la mano en el hombro y le dijo suavemente "y bueno... te la tenias merecida". Y nosotras nos quedamos anonadadas, sobre todo porque la mina no espero respuesta ni reaccion. No quiso esperar a ver que cara ponia el, ni que decia, no busco la pelea ni la explicacion. Fue preciso, directo y punto final, nada mas que decir. El dueño del bar se fue a fijar si era luna llena o que cuerno.

Dimos por terminada la velada y acompañe a mi prima al metro. Ya en mi casa recibo un mensaje de texto: se tomo el metro al reves y no se dio cuenta, y ahora tenia que bajar y volver a desandar lo andado... Por suerte faltaban tres minutos para la medianoche, y mañana sera otro dia le conteste. Y asi fue.

Sol, luna, energias.

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