Resulta que consegui el laburo que queria tener, consegui que esten dispuestos a hacer el infame papelerio que implica contratar a una extranjera (que incluye entre otras cosas pagar 1600 euros en concepto de sellados) y a esperarme mientras hago los tramites. Hasta ahi todo perfecto, verdad?
Bien, vean lo que sigue: voy a la prefectura, presento la carta que dice que me quieren contratar "lo antes posible" y adivinen para cuando me dan turno para presentar todos los papeles para que ellos los examinen y decidan si me dan la visa de trabajadora? Tiren fechas... Nada menos que para el mes de NOVIEMBRE! Es decir que ademas de todo lo mencionado, mis empleadores me tienen que esperar la friolera de 8 meses, siendo que si contratan a una persona perteneciente a la CEE la tienen trabajando manana.
A partir de aca dos caminos; tirarse en la cama a llorar la desgracia o arremangarse y buscarle la vuelta. Como siempre fui del segundo tipo de persona, me deprimi durante dos dias y despues me puse manos a la obra. Y aqui viene la anecdota, cuyo protagonista es un senior que de aqui en adelante llamare Monsieur Perfecto. Se trata de un empleado del ministerio de trabajo para los extranjeros que a primera vista parece todo menos empleado publico: canoso, pelilargo, con tatuajes onda prison break, con un humor acido y sobre todo, con voluntad de ayudar. Desde que estoy en Paris me toco ir al lugar donde trabaja muchas veces, siempre finalmente termina atendiendome el, y siempre pero siempre se repitio el esquema que ahora voy a relatarles.
Me fui con mi carta de que quieren que trabaje "lo antes posible" y mi turno para noviembre al ministerio este con la firme intencion de llorarles la carta a ver si se podia hacer *algo* para que empiece a trabajar antes. Rogaba que me atendiera Monsieur Perfecto, pero no tuve suerte y me toco un indio tuerto con traje marron que me dijo que tenia que hacer unos tramites chinos (y no indios), incomprensibles, inentendibles, ilogicos.
Me volvi a mi casa, que queda en la otra cuadra de este ministerio, me sente en el sillon del living y pense pense pense, y definitivamente este esbozo de solucion no me convencia. Me volvi a poner la campera que me acababa de sacar y arremeti. En la entrada dije que me habia olvidado de hacer una pregunta, me dieron otro numero y puse fuera del campo visual del indio (cosa que no fue muy dificil, dado el campo visual que le daba el solo ojo que veia) y esquive todos los otros empleados hasta que me toco que me atendiera Monsieur Perfecto.
Le explique mi desesperacion, me pidio mis papeles de muy mala manera (que en realidad a esta altura me doy cuenta que no es mala manera sino parte de su show), y empezo a hacer chistes cinicos sobre las psicologas argentinas, que deberian poner a alguien en la frontera para evitar que entren, que iba a llamar a Sarcozy, que una mujer solo podia trabajar en un lugar para locos... yo le seguia la corriente y me cagaba de risa porque se notaba que el tipo se caga en el sistema y su burocracia.
Yo le explique que tenia que hacer el cambio de visa y me hizo un comentario intraducible pero que seria algo asi como "me chupa un huevo lo que le dijeron... ud a partir de cuando quiere trabajar? Ayer? Hoy? Deme una fecha!" Y yo toda abatatada le dije "Estemmm... hoy" y PAF me hizo el permiso que necesitaba. Le pregunte como se llamaba, para saber por quien preguntar si tengo algun problema, y me dijo "Monsieur Perfecto". Cuando me iba me dijo, en espaniol, "chau psicoloca!"
A esta altura yo estoy convencida de que Monsieur Perfecto es mi angel guardian, o algo asi. Alguien lo puso ahi para darme una mano en el medio de toda la marania papelistica. Cada vez que la situacion es desesperante y que pareciera que no hay solucion al problema, caigo con este personaje y el me soluciona todo, sin preguntar, sin dar vueltas. Angel guardian es un modo de decir una persona que, estoy convencida, usa el poder que tiene para ayudar a la gente y no la inversa, como suele ocurrir. Esta dentro del sistema pero usa los vericuetos, la letra chica, y se da mania para, legalmente, darle una mano a la gente que hace todo lo que hay que hacer pero que aun asi el sistema le dice que no.
Sea lo que sea, Monsieur Perfecto se merece todo mi respeto y mi agradecimiento infinito.
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