Domingo, salimos a pasear con Mariana y Elena por la rue Mouffetard. Nada extraordinario en si mismo, si no fuera por el hecho de que con nosotras vienen Lolita y Pedrito, sus bebes respectivos, nacidos hace cosa de mes (ella) y mes y medio (el).
Tomamos un te con torta en unas mesitas al aire libre, los crios se duermen y por un rato volvemos a ser tres amigas que chusmean sobre esto, aquello y lo de mas alla. Y de repente alguno de los gurrumines se despierta, llora y toma la teta. Y yo las miro, y me parece increible como puede cambiar la vida de una persona en tan poco tiempo. Pensar que hace unos meses esos seres no existian, y que ahora estan ahi, chiquititos y acurrucados, tan suaves, tan dulces. Chiquitos pero con una presencia enorme, que modifica totalmente su cotidianeidad, sus temas de conversacion, sus sensaciones, que las posiciona de una manera tan diferente frente a todo.
Por un lado me parece tan natural verlas con esas pulguitas pegadas a su cuerpo. Y por otro lado me parece totalmente increible, todo fue tan rapido, tan meteorico. Vivi los embarazos de cada una, el crecimiento de las panzas, fui a verlas cuando nacieron, voy viviendo semana a semana el crecimiento de estos pequenitos seres, pero me sigue pareciendo que el nacimiento de un nuevo ser es algo extraordinario, increible, asombroso.
Tomamos un te con torta en unas mesitas al aire libre, los crios se duermen y por un rato volvemos a ser tres amigas que chusmean sobre esto, aquello y lo de mas alla. Y de repente alguno de los gurrumines se despierta, llora y toma la teta. Y yo las miro, y me parece increible como puede cambiar la vida de una persona en tan poco tiempo. Pensar que hace unos meses esos seres no existian, y que ahora estan ahi, chiquititos y acurrucados, tan suaves, tan dulces. Chiquitos pero con una presencia enorme, que modifica totalmente su cotidianeidad, sus temas de conversacion, sus sensaciones, que las posiciona de una manera tan diferente frente a todo.
Por un lado me parece tan natural verlas con esas pulguitas pegadas a su cuerpo. Y por otro lado me parece totalmente increible, todo fue tan rapido, tan meteorico. Vivi los embarazos de cada una, el crecimiento de las panzas, fui a verlas cuando nacieron, voy viviendo semana a semana el crecimiento de estos pequenitos seres, pero me sigue pareciendo que el nacimiento de un nuevo ser es algo extraordinario, increible, asombroso.
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