Cuando uno elige algo, gana muchas cosas e inevitablemente pierde otras. Esta verdad de perogrullo mas vieja que la perinola (?) a veces se hace presente de una forma intensa, y duele.
Concretamente, me duele que mi hijo no vaya a compartir el dia a dia con sus abuelos, sus tios, sus primos. Que no podamos comer asado todos juntos los domingos, o que lo pasen a buscar para llevarlo a la plaza. Decidir armar la vida lejos del pais natal implica perder este contacto fisico cotidiano, y mientras se trataba de mi misma no me parecia tan terrible, porque se compensaba con chat, telefono, y viajes cada tanto. Pero ahora que se trata de mi hijo/a, la cosa se siente de otra manera. Porque un bebe en un par de meses cambia de una manera espectacular, porque de un anio a otro uno sigue teniendo mas o menos la misma cara y haciendo mas o menos las mismas cosas, pero los pibes se transforman a una velocidad supersonica y un par de meses implica la diferencia entre un bebe que solo come y duerme y otro que se sienta, juega, se rie...
Se que mi familia va a tener un lugar fundamental para mi hijo/a, y que vamos a ingeniarnoslas para que ellos esten presentes en su crecimiento, por todos los medios habidos y por haber, porque sabemos que alguien es importante para un chico en tanto y en cuanto sea importante para sus papas, y porque nosotros siempre logramos estar cerca, a pesar de todo. Y no me cabe duda de que esto va a ser asi, y que vamos a lograr establecer una relacion intensa entre el/ella y la familia, porque en realidad la cercania pasa por el afecto, y de eso hay, a rolete.
Pero aun asi, a pesar de todo, le demos la vuelta que le demos, hay que aceptar que no es lo mismo. Y es doloroso, y cuesta.
Como me gustaria ser una magnata (?) y poder pagar pasajes a troche y moche, y entonces hacerlos venir seguido, cuanto mas facil seria todo. O sino como me gustaria ser presidenta (?) y trasladar Buenos Aires adonde esta ahora Belgica ponele. Pero bueno, no es el caso, y hay que asumir esta, la consecuencia mas dura de la decision de vivir donde vivimos.
(suspiro)
Concretamente, me duele que mi hijo no vaya a compartir el dia a dia con sus abuelos, sus tios, sus primos. Que no podamos comer asado todos juntos los domingos, o que lo pasen a buscar para llevarlo a la plaza. Decidir armar la vida lejos del pais natal implica perder este contacto fisico cotidiano, y mientras se trataba de mi misma no me parecia tan terrible, porque se compensaba con chat, telefono, y viajes cada tanto. Pero ahora que se trata de mi hijo/a, la cosa se siente de otra manera. Porque un bebe en un par de meses cambia de una manera espectacular, porque de un anio a otro uno sigue teniendo mas o menos la misma cara y haciendo mas o menos las mismas cosas, pero los pibes se transforman a una velocidad supersonica y un par de meses implica la diferencia entre un bebe que solo come y duerme y otro que se sienta, juega, se rie...
Se que mi familia va a tener un lugar fundamental para mi hijo/a, y que vamos a ingeniarnoslas para que ellos esten presentes en su crecimiento, por todos los medios habidos y por haber, porque sabemos que alguien es importante para un chico en tanto y en cuanto sea importante para sus papas, y porque nosotros siempre logramos estar cerca, a pesar de todo. Y no me cabe duda de que esto va a ser asi, y que vamos a lograr establecer una relacion intensa entre el/ella y la familia, porque en realidad la cercania pasa por el afecto, y de eso hay, a rolete.
Pero aun asi, a pesar de todo, le demos la vuelta que le demos, hay que aceptar que no es lo mismo. Y es doloroso, y cuesta.
Como me gustaria ser una magnata (?) y poder pagar pasajes a troche y moche, y entonces hacerlos venir seguido, cuanto mas facil seria todo. O sino como me gustaria ser presidenta (?) y trasladar Buenos Aires adonde esta ahora Belgica ponele. Pero bueno, no es el caso, y hay que asumir esta, la consecuencia mas dura de la decision de vivir donde vivimos.
(suspiro)
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