Un dia, volviendo en tren de un trabajo que quedaba lejos lejos de mi casa parisina, me encontre una cartera con billetera con plata, papeles y muchas cosas importantes. Pasada la paranoia de no querer tocar por si era una bomba, la agarre y al llegar a la Gare de Lyon la lleve a la oficina de los objetos perdidos. Tambien copie el nombre de la persona y me pase toda la noche tratando de encontrar su telefono en las guia, llamando a todos los que tenian ese apellido. Agote todas las posibilidades sin exito pero me dije que seguramente volveria a la estacion a preguntar en los objetos perdidos y seguramente se reencontraria con su cartera.
Mucho tiempo despues de este episodio, es decir la semana pasada, finalmente me llego la ansiada camarita de video, regalo de mi madre por el nacimiento de la pequena. Habia empezado a investigar todas las funciones y apretar todos los botoncitos, y filmado el primer "ajo" de la farfita, y como farfo tenia que irse a laburar el fin de semana me pidio prestada la camarita para filmar unas cosas alla.
Unas horas despues de haber salido me llamo desesperado diciendome que al bajar del tren con los mil bartulos que llevaba (todo su material de trabajo), le desaparecio el bolso con sus papeles, sus anteojos, otras cosas importantes mas y... la camarita!
Angustia, bronca, llanto desconsolado, podran imaginarse la escena. Algunas cosas tienen un valor mas alla del valor material, y es dificil resignarse a perderlas.
El farfo se fue a laburar y al dia siguiente recibe un llamado: un taxista que encontro la cartera "con un pasaporte adentro". Justo el estaba tomando el tren de vuelta asi que tuvimos que esperar a que el llegara de vuelta a casa para que pudiera contactarse con el señor.
Cuando lo fui a buscar a la gare de Lyon (la misma gare en la que tiempo atras habia devuelto la cartera que encontre en el tren), aun con la incertidumbre de si en la cartera reencontrada habria algo mas que su pasaporte, pensaba que quizas cuando uno da cosas, la vida de alguna manera le agradece. Algo asi como que cuando uno es buena gente, ademas del placer que uno siente en ayudar o tirar buena onda a los otros, de algun modo eso tiene una recompensa, aunque eso no sea lo que uno busca al hacer cosas por los demas. El famoso y nunca bien ponderado "tira la buena que vuelve".
Nunca supe si el señor de la cartera que encontre se pudo reencontrar con sus cosas, pero en todo caso la vida me tiro mas que buena onda: el buen taxista nos devolvio el bolso intacto, y mi camarita esta nuevamente en casa.
Believe it or not.
De paso cañazo, el que quiera ver nuevas fotos de la bomboncita, pasese por farfolocos.
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