Salgo de ver "Dans Paris" un domingo a la noche para eludir un rato la casa vacia sin mi farfo que esta trabajando lejos. Y mientras veo las luces azules de la cartelera del cine reflejarse en el agua del canal, y la bruma me hace creerme en una intriga de Sherlock Holmes, pienso en una escena de la pelicula que acabo de ver en la que los dos hermanos estan tirados en la cama de su casa de infancia, semejantes grandulones de veintipico y treintaypico, y el menor encuentra en un cajon un libro que el mayor le habia regalado cuando era chico para navidad, y le pide que se lo lea. Y sus caras de felicidad, de concentracion en el cuento, la sensacion de que estan en una burbuja apartados del resto del universo.
Y pensaba que ese lazo es intemporal, ese "contame un cuento" del hermano menor al mayor, esa necesidad de pasar tiempo juntos a hacer nada, a estar tirados panza arriba en la cama e inventar historias, esa complicidad tan especial que da el hecho de compartir padres, casa, historia. Y pense en mi hermano, y se me vinieron en catarata tantas escenas de los dos jugando, los dos cantando, los dos riendonos, los dos charlando, los dos durmiendo en el asiento de atras del auto cuando nos ibamos de vacaciones.
Y me acorde cuando todavia era hija unica y le pedia a mis papas todo el tiempo que hagan venir un hermanito, y cuando finalmente a los 8 anios me dieron la noticia, me acuerdo de haber sentado a mi amiga Micaela en un escalon del patio cubierto de la escuela y contarle con toda la felicidad del mundo y una solemnidad casi religiosa que finalmente iba a tener un hermanito.
Y me acuerdo que mi maestra de ese momento, Silvia, le regalo a mi mama para su cumple una foto de ella con la panza que habia sacado en un acto de la escuela, y que en la parte de atras habia escrito:
que los cumplas feliz
que los cumplas feliz
con un nene en la barriga
y una nena tan hermosa *
que los cumplas feliz!
* yo (ndlr)
Todavia debe andar por ahi esa foto, habria que buscarla.
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