Ella nacio en la Patagonia, yo en Buenos Aires. Cuando fuimos para alla por primera vez yo tenia seis y ella era bebe, yo la tenia en brazos en medio de la nieve y me parecia tan chiquitita.
Crecimos y empezamos a mandarnos cartas con corazones y soles y castillos dibujados y mas adelante con muchas palabras tambien llenas de corazones, soles y castillos. Nos contabamos nuestras vidas, nuestros problemas, nuestras ideas, y la distancia de edad se empezo a acortar porque nos entendiamos a la perfeccion.
Ella se fue a Canada a terminar la secundaria, a Londres a trabajar, despues a Rosario a estudiar. Yo me fui a Paris, y la distancia de kilometros se empezo a acortar tambien, porque nos sentiamos siempre muy cerca.
Hoy las vueltas de la vida nos hacen un regalo maravilloso. Ella se vino a Paris para quedarse, y entonces mi primi-amiga y yo vivimos en la misma ciudad. El domingo paseamos todo el dia y no podiamos creer que no era de visita, que no teniamos que despedirnos en un rato. Somos la familia la una para la otra y Paris se lleno de corazones, de soles y de castillos compartidos.
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