viernes, mayo 20, 2005

Atención al cliente

Fui a ver vestidos de novia. Entro al negocio toda contenta, porque probarse vestidos es una actividad archi placentera y disfrutable, y la tipa del mostrador me recibe con doble cara de recontra ortex on the rocks y me pregunta cuándo es el casamiento. Le digo que en agosto. Reaccionó como si le hubiera dicho que se robaron la torre Eiffel y que en su lugar pusieron un chupetin chicle (!) Me abrió los ojos como platos y con el peor tono que encontró me dijo: "pero ud se da cuenta que está recontra atrasada???" Salí afuera a fijarme si había entrado en un negocio o en un reformatorio. Empezamos bien.

Me hizo mirar unas revistas y elegir el modelo (me imagino que ya se habrá probado muchísimos vestidos, insistió Madame Vinagre, porque con el atraso que lleva...) Y como si no me hubiera tratado ya lo suficientemente mal, cuando le dije que había pensado en un corset me escupió "Ah no, no, no! De ninguna manera! Fuera de discusion que Ud porte un corset! Tiene que tomar conciencia, Mademoiselle, que ud no tiene pechos (si tengo, che, poco pero bueno) y que si se pone un corset va a desaparecer dentro de su vestido!"
Ehhh... simpática gente! Con vendedores así quién necesita enemigos, no?

De más está decir que la vendedora era enana, gorda asquerosa, rubia teñida, llena de grasa de las capitales, pero anda a lavarte las tetaaaaaa!

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