Todo empezó viendo a mi bobe hacer las compras: ella siempre pedía un extra, un poco más de lo que estaba comprando, por el mismo precio. Y lo hacía con tanta gracia que siempre le terminaban agregando unas uvas más, o se llevaba cinco pañuelos por el precio de uno (no eran epocas de carilina todavía).
Luego, en Estambul, Farfo me dio una leccion magistral logrando que el turco le diera cuatro remeras por el precio de una luego de una detallada explicación de la configuracion familiar "tengo cuatro hermanas, imaginese si caigo con una sola remera el caos que puede llegar a armarse".
Entonces empecé a hacer mi propia experiencia: al vendedor amigo de la cave al que le compramos vino todas las semanas, le pido un "regalito", y ademas le especifico que quiero "esa lata de foie de lotte (un higado de pescado de recontrachupete MAL) que ya sé que la tiene guardada detras del mostrador".
Y hoy fui a buscar la bici que estaba en arreglos. Y resulta que un dia encontré un canastito de frutas tirado en el mercado, y lo até y quedo chiche. Y hoy llego a la bicicletería... y el canastito no estaba! Parece que se habia caído porque estaba mal atado o no se qué pasó y ellos creyeron que era algo "para tirar" y lo dejaron en la calle y algun otro bicicletista habrá considerado que estaba muy bien como canasto de bici y fue.
Yo protesté, pero me argumentaban que no estaba instalado o bien atado a la bici, que seguramente yo lo había encontrado tirado, y que nunca creyeron que era un canasto de la bici de alguien. Y yo les hice todo el desarrollo argumental de que todo bien, pero era MI canasto y que tengo derecho a que esté, y que mirá si me lo habia regalado mi abuelo y blabla. Y empece a hincharles tanto con que me dieran un "regalito" o una rebaja en el precio del arreglo, que finalmente tuvo que venir el patrón y regalarme un canastito de alambre re copado que sale carísimo. Y me fui haciendo sonar con orgullo la nueva bocina naranja con el dibujo de un conejo (?) Re chic.
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