Gran parte de los que hoy somos adultos (?) hemos tenido en nuestra infancia un amigo imaginario con el que dialogábamos y compartíamos nuestra vida cotidiana. Normalmente ese amigo suele desaparecer un día, para dar paso a amigos reales, de carne y hueso, que pasan a ser tan íntimos y cercanos como aquel entrañable compañero de correrías.
En el día de hoy (ya ayer bah) en el que hay que reservar lugar en los restaurantes con una semana de anticipación, fecha en la que colapsan los teléfonos celulares y que según un taxista dijo a mi madre se trabaja mas que en navidad o año nuevo, tuve la oportunidad de ver a un tipo festejar el día del amigo con su amigo imaginario.
Porque puede haber para quienes los amigos de carne y hueso no han logrado reemplazar a aquel socio invisible. Y acaso no tiene esa persona el derecho de salir a cenar con él? Eehehhh?
Frente a la mesa donde estábamos con mis amigas, un individuo cenaba en apariencia solo, con la salvedad de que tenía un plato frente a él y que charlaba animadamente de tematicas variadas. Sólo faltaba que al terminar la cena le dijera al mozo: "paga mi amigo". ;-)
Esto me recuerda la anécdota (absolutamente verídica) que siempre contaba mi viejo, de un paciente del hospital psiquiátrico donde trabajaba, que se escapó, se metió en un bar y se morfó la vida y cuando vió aparecer al medico que lo buscaba desesperado por todo el barrio, se largó a correr a toda velocidad y le dijo al mozo: "paga el flaco que viene atrás".
A los amigos imaginarios que supieron acompañarme, y a los reales de hoy que son parte fundamental de mi vida, felíz dia!
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