jueves, marzo 16, 2006

Con ojos de infancia

Uno de mis laburos con los nenes consiste en algo que yo llamaria "mostrarles un poco el mundo". Esto es; a nenes cuyas familias son muy cerradas, muy complicadas, muy asfixiantes, los llevo a lugares que de otro modo seguramente nunca conocerian, como para que sepan que existe algo distinto de lo que viven cotidianamente y despertarles la curiosidad por cosas a las que no tienen acceso.

Aclaro que en general no se trata de problemas economicos, por ejemplo que una nena de 9 anos no conozca el arco de triunfo, siendo que vive en Paris, no es una cuestion de economia sino de que nadie nunca se tomo el trabajito de pensar que cosas podrian ser interesantes para su crecimiento. La idea es pasar un poco de tiempo con ellos, darles un poco de bola, cosa que generalmente sus adultos circundantes no hacen, porque estan demasiado preocupados por otros problemas, porque no les da el cuero, porque no se les canta el oj*ete.

Asi, lleve a una nena a un museo interactivo, a pasear por los champs elysées, a un museo de historia natural. Y sus ojos abiertos de par en par y su sonrisa permanente son la mejor recompensa que pueda recibir. Posta.

Yo puedo entender las complicaciones de la vida adulta, pero hay cosas que me envenenan y me superan. Paseando con la nena, ella me comento que le gustaban mucho los tickets de metro y las cajitas, frasquitos vacios, y entonces se me ocurrio una idea basica: que con todo eso podriamos armar alguna cosa. Se super entusiasmo y me propuso juntar muchos tickets, armar una casa y ponerle mi nombre y su nombre. A partir de ese momento recolectamos todos los tickets que vemos tirados.

La vez siguiente que la veo, una semana despues del nacimiento de esta idea, viene con una carterita en la que metio una especie de bolsita de plastico que se usa para archivar las boletas del Loto, que le dio el senor del bar de al lado de la casa, en la que habia guardado preciosamente todos los tickets recolectados hasta el momento. Tambien tenia un monederito con fichitas de plastico y un cuaderno en el que pego papelitos que fue encontrando.

Se me acerca toda orgullosa de sus adquisiciones para mostrarmelas, pero su sonrisa de oreja a oreja se ve congelada brutalmente por el comentario de la madre:

- "ay por favor doctora, digale algo a esta chica, mire todas las porquerias que anda juntando por la calle, encima a quien se le ocurre andar con esa cartera llena de boludeces..."

La bronca se me trepo a la garganta y atine a decirle muy secamente que fui yo quien le dijo que juntara todas esas cosas, "porque sabe senora, para su hija es muy importante poder construir algo".

Y me di media vuelta y me fui con la pebeta a pasear, juntar tickets usados, ramitas y piedritas de la plaza, y planear como va a ser la casa que vamos a armar. Que se le va a hacer, es la madre que le toco, y trabajaremos con ella para que pueda entender un poco mas las necesidades de su hija. Pero al mismo tiempo que la piba sepa que hay un mundo enorme, lleno de cosas alucinantes, que ella tiene derecho de descubrir.

No hay comentarios.: