jueves, marzo 30, 2006

Con vivencia

Este post es una suerte de decálogo de la convivencia surgido del pedido de una inminente conviviente acerca de los do's y dont's. Mi respuesta la pueden leer a continuación, y la del gran amigo el Excelentisimo Sr Peluca la pueden leer aquí. Según sus palabras, sus reglas te previenen del infierno, las mías te dicen cómo pararte dentro del mismo.

Desde ya, se aceptan aportes, sugerencias y alfajores havanna. Quejas no.


En farfolandia nos tomamos nuestro buen tiempo para llegar a la convivencia, o sea que fue una decisión bien pensada y que una vez que llegamos a esta etapa es porque realmente teníamos ganas de hacerlo. Es decir que para mi la decisión de convivir tiene que estar basada principal y decisivamente en las GANAS de compartir un proyecto, de estar juntos diariamente y de construir un espacio en común que respete el cada cual y que implique un nosotros.

Una convivencia es algo que se va armando en el día a día: no es lo mismo conocerse mucho de verse en casa de uno o en casa del otro o variantes varias que conocerse en el diario trajinar. Uno se conoce de otra manera, y hay que ajustar un montón de cosas que antes pasaban desapercibidas, y en ese ajustarse mutuamente esta la clave del éxito.

Nosotros en farfolandia la pasamos alucinante, disfrutamos muchísimo del estar juntos en la casa y por sobre todas las cosas, nos divertimos mucho. Creo que esa es, como lo dijo Naty, otra de las claves: divertirse, reírse, pasarla bien. Y porsupuesto, tambien poder bancarse en los momentos de nervios, de bajón, de stress.

A veces (muy poco por suerte) también discutimos, nos enojamos, tiramos platos (!) Pero despues podemos conversar sobre lo que pasa, y esa es otra clave mas; poder dialogar, escucharse, tener en cuenta al otro. Convivir es un constante negociado entre tenerse en cuenta a uno mismo y tener en cuenta al otro.

Y para terminar, algunos detalles:

Chicas:
- Ocúpense de sacar los pelos que trancan el abujero de la ducha, de barrer los pelos que se acumulan en el piso, y de atarse el pelo cuando cocinan. La pilosidad pululante es algo muy molesto para los muchachos.
- Traten de bancarse el SPM sin hacer un drama griego por cada detalle de la vida, porque resulta un tanto sorprendente para el varón que de golpe y porrazo su mujer se convierta en un mar de quejas y sensibilidad inexplicables.
- Bánquense cierto nivel de desorden y soporten dejar sus objetos y ropa tal como él los deja, aunque sean unas maniáticas del orden. Caso contrario terminarán recordando a vuestro hombre los retos de su madre, y si hay algo que no hay que hacer es ponerse en el lugar de madre, Freud sabia de qué hablaba.
- A veces, él NO tiene ganas de conversar, es así. En ese caso, no lo inunden con monólogos eternos que de todos modos él no va a escuchar, porque al cabo de cierta cantidad de palabras se pone "modo off" y aunque asienta con la cabeza NO las está escuchando. En esos casos mejor háganle un mimo y dejen la charla para otro momento.
- "Sus" tiempos no son los mismos que los de ustedes. El "un rato" de "te llamo en un rato" es percibido de modo completamente diferente al "un rato" de ustedes. El "enseguida voy a acostarme" de ellos terminando de jugar un partido de algo no es el mismo que el enseguida de ustedes. Entiendan esto y sobre todo no le rompan los quinotos con "eyyyy hace una hora que te estoy esperando!" No van a lograr nada mas que malhumor de ambas partes. Si quieren hacer que los tiempos coincidan, dense cita a una hora precisa. Fuera de las citas, no pretendan que vuestros tiempos coincidan con los de él.

Chicos:
- Hagan el esfuerzo de mear dentro del inodoro, y si mean afuera, limpien las gotitas! Nada más desagradable para vuestra mujercita que sentarse y mojarse el culito.
- No es MUCHO más esfuerzo poner en una misma bolsa, canasto o lo que haiga las medias, calzoncillos, remeras que dejarlas tiradas en el camino a medida que se las van sacando. Es un minimo esfuercito mas y no saben cuánto mas ordenada se ve la pieza si lo hacen.
- A veces ella necesita solamente que ustedes se le sienten al lado, le pregunten cómo está y la escuchen contar sus cosas, y le den charla. Créanme, muchos reproches y pucheritos pueden evitarse tomándose un rato para conversar sobre las banalidades cotidianas.
- Si van a llegar mas tarde de lo habitual, denle un llamadito para avisarle a vuestra mujer, aunque no hayan quedado en nada en especial. A nosotras no nos molesta que se cuelguen a tomar una cerveza con un amigo o a dar vueltas por la calle y de hecho es totalmente indispensable que cada uno tenga sus momentos de soledad, solamente... avisen!
- El gran terror de la mujer es el abandono. Todo lo que sea hacernos saber que están y que nos quieren, es más que bienvenido. Así es que todo lo que sea notitas de amor sobre la mesa, mails de cuánto te quiero, un "te extrañé mucho hoy", son tesoros invalorables. Ojo no se trata de decir cosas que no se sienten, solamente que si lo sienten, explicítenlo.

Para ambos: respeten los tiempos, las necesidades, los espacios, las ganas, los limites del otro. Sepan escuchar y decir. Y disfruten, que es una delicia y un privilegio vivir con la persona que aman.

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