Mi amiga Carolaina, fuente inagotable de anecdotas descostillantes, me acaba de contar una que no puedo dejar de compartir con vosotros queridisimos lectores:
Le pidieron a la chica que trabaja en la casa que prepare unas cebollas rehogadas para adelantar la preparacion de la cena. A la noche cuando volvieron encontraron en la heladera un misterioso tupper lleno de cebollas cortaditas flotando en agua...
Claaaaaaaaaro! La chica con su mejor voluntad re ahogo las cebollas.
JUAAAAAAAAAAAAAAAAAA.
Ahora estabamos pensando que podrian pedirle para manana: arrolladitos primavera? (para que arrolle florcitas), ninos envueltos? (ni me quiero imaginar...), huevos fritos? (urgh alejense los hombres que anden por esos parajes)...
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