Este año la consigna es: hacer lo que tengo ganas de hacer. Y sufrir lo menos posible.
Consecuentemente con esa formulacion, retome la actuacion. Empece un curso de canto de varieté francesa. Disfruto a pleno cada momento con farfo. Si no tengo dinero trato de no amargarme y pensar que ya va a venir. Duermo, me permito hacer fiaca. Miro todo, aspiro todos los olores, veo todos los colores, escucho todos los sonidos. Trato de no hacer nada por obligacion o porque se supone que deberia. Si me gritan, trato de cerrar los oidos.
Nunca habia vivido una perdida tan enorme como la de mi viejo. Y ahora me doy cuenta que una perdida puede hacerte replantear toda tu existencia. Tomas conciencia de la finitud, de los limites y de algun modo, tomas las riendas de tu vida.
Las cosas que antes te hacian "hacerte malasangre" (abuela Luisa dixit) ahora te resbalan porque te das cuenta que no son nada al lado de las verdaderas desgracias.
El hecho de existir toma un verdadero valor. Porque el resto es vacio, es silencio, es nada. Por eso yo decidi aprovechar, disfrutar y exprimir la vida. Porque es mi tiempo, y yo decido como lo uso.
Ayer en teatro la consigna era "como representarias la muerte sobre el escenario". Pero... como representar lo irrepresentable?
En fin, salud che, que la vida es alucinante.
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