De golpe, una ola de embarazos y nacimientos a mi alrededor. Panzas y partos por doquier. Y me alegra tanto, no hay nada mas emocionante que las vidas que empiezan. Y de golpe me parece tan insignificante mi panza normal que solo cambia de tamano si como unos croissants de mas.
Que emocion saber que voy a poder estar para dos (tres, uno es por partida doble) nacimientos fundamentales. Y me impresiona que voy a conocer a los bebes que nacieron estando yo lejos, bebes muy cercanos a mi, que no conoci y que ahora ya tienen varios meses. Y la inevitable sensacion de que me perdi momentos fundamentales de esas viditas, primeros gorjeos, primeras sonrisas, primeros gateos. Pero son decisiones, y toda decision implica una perdida, para poder tener algo hay que poder perder. Y me perdi esos momentos, pero podre compartir otros y cuando llegue voy a estrujar con estrujes de tia babosa a esos bebes que vengo siguiendo por telefono y por internet, y voy a estar ahi presente de cuerpo y alma para recibir a esos tres que vienen llegando.
Y llega la epoca del exterminio masivo y el malhumor es inevitable. Solo lo compensa escuchar los hermosos retroflashbacks futuros de restaurant, proyecto de nido, acolchamiento interno. Esas palabras, esos gestos, hacen florecer mi primavera.
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