Mi ultimo domingo en Buenos Aires empezo feliz en medio de la mejor fiesta que organice en mi vida : toda la gente que quiero, comida, bebida, la mejor musica, la mejor onda.
Siguio con unas horitas de sueno en el que no me movi de la posicion en la que me acoste, tal el cansancio que tenia. Despues vino mate en la terraza y como sera mi piel que un rato de sol de comienzos de la primavera me dejo colorada como si hubiera ido a la playa en pleno febrero... Me vuelvo al invierno con un poco de color y todo. Que mas se puede pedir?
Mas tarde toco una visita a mi abuela que me dejo temblando de tristeza y de emocion. Despues compre cortinas para nuestro farfhogar parisino y cene con mi vieja el matambre que hizo una gran amiga.
Continua con la valija que tengo que hacer y mucha movilizacion emocional por la partida.
Todavia es demasiado pronto para hacer balances, pero desde ya puedo decir que este viaje fue increiblemente alucinante.
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